jueves, 5 de mayo de 2016

Bloque II. La publicidad y los anuncios


La Publicidad

¿De verdad respiramos publicidad? Quizá resulte algo exagerada esta afirmación, pero de ella se desprende una evidencia difícil de contradecir, y es que la publicidad se ha instalado poco a poco en nuestra vidas. Como bien sabemos, la publicidad mediante los anuncios pretenden la difusión o divulgación de información, ideas u opiniones de carácter político, religioso, comercial, etc...
Su intención consiste en que alguien actúe de una determinada manera, piense según unas ideas o adquiera un determinado producto con el fin de que el ciudadano consuma todo tipo de productos, para satisfacer sus necesidades que muchas veces son creadas. El consumidor no se para a reflexionar sobre su necesidad real de consumo ni sobre los posibles impactos o perjuicios que este exceso de consumo puede causar. Y es que para la creación de un anuncio, se realizan una serie de estudios en los cuales, un anuncio ha de pasar por las fases AIDA (Atención, Interés, Deseo y Acción) así como la intención de transmitir una serie de valores como la felicidad, el éxito, el erotismo, la modernidad, de tal manera que cree la necesidad para luego vender sus productos.
Consideramos que el objetivo de la publicidad debería ser ayudar a la gente a conseguir lo que desea, a sentirse a gusto con lo que ha comprado y también consigo misma.

La Publicidad Subliminal
Entendemos por una publicidad subliminal a aquella en la que se presenta al consumidor un producto o servicio de manera tan leve o breve que no es conscientemente percibida y lo lleva a su uso o consumo en ignorancia de las razones auténticas.

La creencia en el poder de los mensajes subliminales para manipular el comportamiento, arranca en 1956 cuando el promotor publicitario norteamericano James Vicary afirmó que con mensajes del tipo "Come palomitas" y "Bebe Coca-Cola", insertados durante la proyección de un largometraje en un cine de Nueva Jersey, las ventas de palomitas habían aumentado el 58%, y el 18% las del refresco.

Sin embargo, las investigaciones realizadas al respecto muestran efectos muy limitados de la estimulación subliminal y no avalan su supuesta eficacia sobre la modificación del comportamiento. Por tanto, ¿podemos, de momento, estar tranquilos y seguir yendo a las grandes superficies con la seguridad de que, aunque salgamos con el carro de la compra lleno a rebosar, habremos comprado lo que nos hacía falta?

La Contrapublicidad

La contrapublicidad representa un movimiento de crítica a la publicidad y a través de ella, a las grandes empresas y multinacionales que la utilizan. Lo que la contrapublicidad traslada a la sociedad es un modelo distinto, contrario al de producción y consumo. Busca sensibilizar sobre el cuidado del medioambiente, los derechos humanos, la paz, la justicia…

Hay tres tipos de contrapublicidad: por un lado está la artística, que simplemente ejemplifica de manera curiosa el spot; por otro está la contracultural, basada más en denunciar el tipo de sociedad de consumo en que nos movemos, y una tercera es la que persigue un fin.

Se valen de las misma técnicas y estrategias publicitarias, es decir, realizan las investigaciones psicológicas y sociales del perfil de receptor al que quieren dirigirse, hacen uso de la creatividad para conseguir el impacto deseado y evalúan los resultados, pero todo el mensaje publicitario tiene un objetivo diferente; expone su denuncia modificando los anuncios que quiere declarar como no deseables.

Aquí os dejamos algunos ejemplos de Contrapublicidad:

Anuncio de contrapublicidad: "McDonald's"




"Contrapublicidad"

 

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